Celiaca no es mi nombre

Aquí está la visión de nuestra experta en celiaquía, Susana Molina, en su blog Celiaca no es mi nombre sobre nuestro último sábado de #acciónfoodie:

Tras la celebración de la charla Celíaca no es mi nombre: desmontando los tópicos de la intolerancia al gluten, el pasado sábado en MediaLab Prado, dentro de los sábados de Acción Foodie que organiza The Foodie Studies, sólo tengo palabras de agradecimiento para todos los que hicieron posible el encuentro activismo gastronómico dedicada a la celiaquía: paticipantes, asistentes y todo el equipo implicado.
Es un desahogo poder exponer tu visión sobre la celiaquía, un placer que a alguien le interese y una satisfacción que haya gente que comparta tu visión. Pero todas estos beneficios se ven multiplicados cuando se salta de la pantalla y el lugar en el que todo ocurre es una sala con amigos, compañeros, colegas de profesión y futuros conocidos.
Durante el sábado de Acción Foodie, se intentaron romper algunos mitos sobre la celiaquía, pero con ello se alimentó el debate con costumbres culinarias, entresijos de la industria alimentaria, visiones atípicas de la dieta, así como con alusiones a otras creencias que condimentan el sector gastronómico.
Más que una conversación centrada en la celiaquía fue una charla gastronómica en la que, gracias a los problemas con los que se topan las personas celíacas, se destaparon imposiciones o costumbres socioculturales que repercuten en nuestra dieta, no sólo cuando se es celíaco.
Fue tan nutritiva que no puedo sino desgranar algunas ideas que se debatieron y salieron a colación durante el encuentro que, por supuesto, me gustaría ir tratando en el blog en próximas entradas.
La experiencia gastronómica de Sergi Arola, la mirada sociológica de Elena Casado y la perspectiva culinaria de Nacho Rubio, hicieron que, junto a la visión crítica de Yanet Acosta, plasmada a través de Acción Foodie, la filosofía de negar la máxima impuesta y replantearse el discurso (relatada en este blog bajo la bandera de Celíaca no es mi nombre) llegara a cotas insospechadas.
Seguir leyendo aquí