Carne y otros alimentos procesados. Yanet Acosta. The Foodie Studies.
Hacía tiempo que sabíamos que la leche no le sienta bien a casi nadie y hace mucho más que sabemos que el azúcar puede matar. Ahora sumamos a la lista roja, la carne. Así lo ha anunciado para todo el mundo la Organización Mundial de la Salud. Pero cuidado, han dicho las «carnes procesadas», es decir, aquellas que han pasado por un proceso industrial.
De hecho, cuando se habla de la maldad del azúcar, no se habla de la procedente de la caña azucarera sino de la refinada, tampoco se habla de la perversidad de la leche pasterizada, sino de la uperizada y por último, no se habla de un filete de carne ecológica, sino de los procesados como salchichas, hamburguesas o el jamón york, es decir, la carne que ha pasado por la industria.
Así que encontramos la clave en los «procesados» y es que la industria tiene en demasiadas ocasiones el beneficio económico como objetivo antes que la nutrición o la salud del planeta. Los alimentos procesados y, sobre todo la carne procesada no es solo dañina para el ser humano sino también para un planeta deteriorado al que seguimos presionando con granjas de producción intensiva de animales, en la que se desprecia el proceso natural de desarrollo de los animales y hasta a los animales en sí, que solo se ven como un activo económico.
Hoy es un día para tomar conciencia no solo de la carne que tomamos, sino de cómo nos alimentamos. Incluida yo, porque lo más fácil del mundo es que el jamón york o la hamburguesa industrial se cuele en el frigorífico por dinero o comodidad. No es fácil alimentarse de forma consciente, pero estoy segura de que tiene su recompensa. Carne, poca, ecológica y sin procesar. Cuando comas carne, tómate un filete, el mejor, es un consejo foodie y ahora también saludable.
Este es un artículo de opinión de Yanet Acosta. Si deseas obtener información sobre el curso de escritura de géneros periodísticos gastronómicos: