En una calle de una ciudad de Taiwan, un artesano saca los noodles al sol. Acaba de trabajarlos con sus manos y cortado con una máquina rudimentaria con la ayuda de un aprendiz. Ocupa el espacio público y crea una imagen bella como la que David Rodríguez consiguió captar con su cámara.
Pero estas fotos van más allá de la curiosidad para generar una reflexión entre los foodies:
-En Taiwan, sede de las grandes firmas tecnológicas, especialmente informáticas, como Acer, de telefonía móvil y telecomunicaciones y uno de los principales inversores en China, la artesanía en la ciudad es posible. Sin embargo, en una ciudad española, sería imposible la ocupación del espacio público para la producción artesana y ni siquiera esa producción sería legal por no cumplir con las normas sanitarias, creadas a medida de una gran industria alimentaria.
El bollo de centeno, un dulce que se hacía en la isla canaria de La Palma por generaciones ha tenido que cambiar su receta y con ello su sabor y su idiosincrasia, porque las normas sanitarias le exige que la habitación de elaboración esté alicatada de azulejos blancos, algo incompatible el tradicional fuego de leña para su elaboración.
En el norte de Europa, destaca entre todos los restaurante el Noma, dirigido por un cocinero René Redzepi que cree y practica la cocina de kilómetro cero dentro de la ciudad de Copenague.
En Madrid: ¿sería posible? ¿Se puede producir en la ciudad?
Ya hay ejemplos de huertos urbanos que empiezan a crecer en Madrid y grupos de creación de cerveza o miel amparados por Medialab Food, tendencias que en Estados Unidos o Canadá tienen muchos años de experimentación.
Así que el debate está servido en la mesa de los foodies para un nuevo sábado de #AcciónFoodie en el MediaLab Prado de Madrid en el que participarán:
-Blogueros.
-Cocineros amantes de lo artesano con huerto y sin él.
-Productores urbanos.
Y cualquier foodie de mente activa que quiera pensar y debatir sobre lo que comemos, cómo y por qué.
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