No hay mejor forma de culminar este primer módulo del V Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies que con un debate que siempre está en el tapete al momento de realizar una crítica gastronómica, la ética.

La profesora Yanet Acosta comenta que dentro de la crítica gastronómica por más que se utilice algunos métodos periodísticos y científicos para plasmar con la mayor objetividad posible un producto, plato o un restaurante, la subjetividad está presente, porque  “en la crítica gastronómica intervienen muchos factores subjetivos, ya que el ser humano no solo se alimenta para obtener energía sino también para obtener satisfacción”, ¿Puede ser objetiva una crítica gastronómica?, Yanet Acosta, The Foodie Studies.

Es en este punto dentro de la subjetividad que entra la ética en el periodismo gastronómico, y así las palabras que fluyan en una página web, periódico o un blog estén justificadas con el profesionalismo que merece el lector.

“La tarea primordial del periodista es proporcionar una información verídica y auténtica con la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado, manifestando sus relaciones esenciales -sin que ello entrañe distorsiones-, y empleando toda la capacidad creativa del profesional a fin de que el público reciba un material apropiado que le permita formarse una imagen precisa y coherente del mundo, donde el origen, naturaleza y esencia de los acontecimientos, procesos y situaciones sean comprendidos de la manera más objetiva posible”, lo establece el punto 2, del  Código Internacional de Ética periodística de 20 de noviembre de 1983 de la UNESCO.

Dentro del debate en clase se hicieron varias preguntas, la primera fue ¿Paga el crítico sus facturas en el restaurante?, la respuesta es: Por supuesto, el poder que da el hecho de pagar la cuenta es infinito, ya que  tiene la libertad de poder juzgar y escribir sin sugestión  o compromiso con el restaurante o el productor.

¿Una invitación altera el juicio del crítico?, la respuesta es la misma: Por supuesto, ya que desde que se llega al lugar el juicio del crítico está comprometido con el dueño o con quien realizó la invitación y la crítica no sería objetiva.

Es por esta razón que se formuló una tercera pregunta, ¿es necesario ser adinerado para ser crítico?, pues la respuesta es, no, ya que según la profesora Acosta es preferible ir a lugares donde llegue el acceso económico del crítico, pueden ser lugares populares o sitios donde no haya gastronomía de alto nivel, porque muchas veces estos sitios tienen sorpresas y la gente también los aprecia.

¿Un crítico gastronómico debe saber cocinar? Esta pregunta también fue respondida por la especialista,  “no es necesario, aunque ayuda”. Y es cierto para escribir no solo se necesita el plato ya terminado, dentro de la crítica confluyen varios factores como, la técnica, la intención y como muchas veces lo realiza el cocinero, su intención, el producto, cómo comprarlo, saber diferenciar su calidad y cómo conseguir lo mejor de él, es por esto que de una u otra manera el crítico aprende de cocina.

Lo importante de este tema es quien escribe siempre tenga en consideración que la ética, implica una valentía a la hora de escribir un texto sobre un lugar o un producto, y es por  ello que el respeto se gana y se mantiene.

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