¡Hola! Quiero presentarles a Vanessa Rolfini, periodista gastronómica venezolana, quien estudió el Curso de Periodismo Gastronómico y Nutricional de la Universidad Complutense de Madrid y antigua compañera en el curso de Teoría y práctica de la crítica gastronómica en The Foodie Studies. Es columnista del diario El Universal, colaboradora de las revistas Bienmesabe y Semana Cocina de Colombia, cocinera, bloguera de Rutas Golosas y desde hace un par de meses se ha trasladado a Lima (Perú) fichada por la revista de Catering y Gastronomía.
Hablamos de por qué tuvo que dejar su carrera profesional en Caracas para mudarse a Perú, o sobre la sugerencia de cesar las publicaciones de las fotografías de platos de comida. Además, ahora recién aterrizada en Lima, nos cuenta cómo ha cambiado el enfoque temático de su blog y nos hace una breve visión del periodismo y crítica gastronómica del Perú.
P. Después de toda tu vida profesional como periodista gastronómica en Caracas decidiste mudarte a Lima donde continúas trabajando como redactora principal de la revista gastronómica. ¿Qué te llevó a este cambio vital?
R. La situación del país, básicamente. Soy un miembro más de la diáspora de venezolanos que nos hemos tenido que ir de Venezuela, no porque sea difícil escribir de gastronomía en Venezuela, eso lo quiero dejar bien claro, se escribe de gastronomía en abudancia y también se escribe de gastronomía en escasez, ambas situaciones dan mucho material, solamente que cambia el enfoque, pero me salió una oferta de trabajo en la revista Catering y Gastronomía en Lima y no lo dudé. Así que aquí estoy.
P. En una de tus publicaciones cuando estabas en Caracas indicabas que se te sugirió que cesaras de publicar fotos de comida. ¿De dónde partió la sugerencia? ¿A qué crees que se debe?
R. Me lo sugirió la gente amiga mía, incluso periodistas que me decían «cómo vas a publicar platos de comida si la gente en este país la esta pasando mal», pero el Gobierno jamás se ha metido conmigo, por lo menos que yo sepa.
P. Trabajar como periodista gastronómica en un ambiente de escasez es tarea compleja. ¿Cuál crees que es la misión de un periodista gastronómico en esa situación?
R. Venezuela es un país de grandes contrastes, no es que todos se están muriendo de hambre, en Venezuela se derrochan fortunas, en Venezuela todavía llega champaña que muchos países quisieran tener y no es por desmerecer a Perú pero en Venezuela, por ejemplo, hay una oferta de vino mucho mayor.
Lo primero es que hay que ser honesto con tu lector y siguiendo una línea de trabajo porque tú solamente podías escribir de restaurantes o de cocineros, tengo colegas que en su día sólo han escrito una línea sobre escasez y yo tomé esa línea para decir que aquí pasa algo importante, lo que quiero es registrarlo en mi página, esas cosas de la cotineadidad de la escasez, que la gente olvida.
P. Ahora en el Perú han variado tus objetivos como profesional de la prensa gastronómica…
R. Obviamente aquí ya no tengo la cercanía de lo que podía hablar de Caracas sobre la escasez y me he reenfocado bastante. Ahora hablo de todos los venezolanos que están fuera, que están haciendo cosas maravillosas en la cocina y también, de dentro de Venezuela. Aquí me ha servido mucho porque tengo una red muy grande y conozco mucha gente: todos esos cocineros que estan fuera, gente que se gana premios, gente que edita libros, es un poco como el registro de la diáspora que estoy viviendo yo y que me he obligado a hacer una mirada más universal.
P. ¿Qué nivel de profesionalidad encuentras entre los divulgadores de la gastronomía en el Perú? ¿Y el de la crítica?
R. Hay de todo, me sorprende que para ser un país con un discurso tan importante en gastronomía, el periodismo gastronómico no se desarrolle más, por ejemplo me extraña que en las universidades, se vea como una cosa como anexable y aunque los periódicos tienen su sección de gastronomía, revistas no hay tantas.
En cuanto a la crítica gastronómica en el Perú, tenemos al español Ignacio Medina, a Javier Masías y, a veces, Manuel Cadenas, director de la revista Catering y Gastronomía, hace alguna crítica pero no de restaurantes sino de situaciones porque él viene del mundo de la política. Paola Miglio escribe en una página —el Trinche— que hace recomendaciones y también, María Elena Cornejo.
P. ¿Piensas que la cocina peruana está de moda en el resto del mundo?
R. Eso es innegable. La gran lección de Perú en este caso es que un país alinea todas sus fuerzas en pro de tomar una bandera y hacerla suya y llevarla bien. Hay otros países de Latinoamérica que tienen gastronomía tan ricas y maravillosas como la peruana pero Perú cuenta, primero con una figura fundamental que es Gastón que unificó todo esto, después de esto hay un Estado peruano que se dio cuenta de que la gastronomía puede ser una gran fuente de ingresos y lo ha manejado muy bien. En cualquier país del mundo tu dices Perú y se piensa en ceviche, en comida y en buenos productos.
P. Mistura ha sido muy criticada este año. ¿Crees que vive su decadencia?
R. Yo sí lo creo, yo vine en Mistura 2012 y según los entendidos fue la última gran Mistura, cuando Gastón era parte y venían grandes cocineros. Lamenté Mistura este año porque era una feria de comida más y poco más grande, mejor organizada, con prensa. No estaba esa Mistura reflexiva que tocaba un tema que muestra lo mejor que tiene Perú.
Mistura resultó un gran negocio y el gran negocio dejó de lado el tema reflexivo, siempre ves los mismos invitados, los mismos temas.
P. El crítico gastronómico español Ignacio Medina asentado en el Perú ha criticado duramente a uno de los restaurantes que están en el top de la lista de los 50 mejores. ¿Cómo crees que afectan estas críticas a la cocina peruana y a la visión que se tiene en el exterior de ella?
R. Con Medina no creo que afecte en absoluto la gastronomía peruana, si Virgilio es inteligente, yo escucharía a Medina, tiene unos puntos interesantes en su propuesta.
P. ¿Cómo ves el papel del crítico gastronómico en el contexto social actual? ¿Crees que son nuevos valores y formas los que deben regir esta profesión?
R. Por lo poco que he visto no son muchas las personas que hacen crítica en Perú, aparte de las personas que he mencionado anteriormente. La crítica no es bien recibida en los contextos latinoamericanos en general, incluso en España, pero sí en Estados Unidos, donde los críticos son respetados.
Lo que se debe preguntar un periodista es con quién es su compromiso: con su jefe, consigo mismo, con su lector, con la persona con quien escribes.
P. Crees posible la internacionalización de la cocina peruana al mismo nivel que la italiana o la mexicana. ¿Cuáles serían los pasos para llegar a ello?
R. Yo creo que ya lo ha hecho. Hay restaurantes peruanos en todo el mundo. Los peruanos tomaron la bandera del ceviche, pero ceviche hay en México, en Colombia, en Venezuela, y en Ecuador. Y si le preguntas a la gente ceviche, tiradito y nikkei, la primera palabra que piensan es en Perú.
Ya lo lograron, lo que tienen que seguir es cultivando eso y cuidarlo de las malas imitaciones porque si una persona va a un sitio y come mal ceviche va a decir que el ceviche es una mierda porque somos una sociedad totalmente banal y nos quedamos con la primera versión de las cosas.
P. Has sido una de las alumnas del curso de Teoría y Práctica de Crítica Gastronómica de The Foodie Studies, ¿Cuál es tu valoración de tu paso por esta formación?
R. Yo quedé muy contenta, mientras que tuve críticas muy duras contra el Curso de la Universidad Complutense de Madrid. Sin embargo, con The Foodie Studies encontré lo que me hubiera gustado estudiar en España, con profundidad. Creo que hacen un gran esfuerzo y Yanet [Acosta], es una persona con una visión muy clara de las cosas, es una magnífica docente, ella te sigue, sigue a sus alumnos, te ayuda a encontrar tu voz que es muy importante, porque lo más dificil es encontrar tu voz y poder decir ésa soy yo.
Gracias Vanessa Rolfini por atender esta entrevista a través de videoconferencia y por compartir tus conocimientos con nosotros.
Si quieres saber más sobre el Curso de Teoría y Práctica de la Crítica Gastronómica o sobre el Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico que ofrece The Foodie Studies: