El mundo del vino es amplio y necesita de expresiones específicas para escribir con detenimiento y conocimiento cada aspecto de una botella, cosecha y bodega, es de esta manera que el periodista del vino y experto catador Juan Manuel Ruiz ahondó en los géneros periodísticos y la manera de escritura en la crítica o análisis de vino para  este módulo de Información y crítica de vinos del V Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies

Luego de describir las etapas de básicas para la cata de un vino, fase visual, aromática u olfativa y gustativa en anteriores posts, el especialista destaca el uso de palabras o expresiones que ayudan a dar una explicación clara sobre un vino, para que sea escrito con el mayor detenimiento utilizando los sentidos y el análisis organoléptico necesario.

Según Ruiz el mundo del vino tiene la virtud o la suerte de contar con un género propio, específico que muchas otras ramas del periodismo no poseen, como lo es la ficha de cata.

Esta consta de dos partes, una primera parte que que se denomina ficha técnica, en ella se recoge aspectos como el nombre del vino, la bodega, el país, la denominación de origen, las variedades si se conocen, el porcentaje de alcohol, y a pesar que en la etiqueta no se describe el rango de acidez habría que escribirlo.

Explica además que la casa tiene como deber legal obligatorio definir el grado alcohólico y puede que en esa medición no posea la calidez descrita, puede estar más o menos equilibrado y eso se también escribe, igualmente se puede añadir otro dato, como el año de fundación de la bodega, en otras palabras no está atado a un esquema específico, este se puede personalizar.

La segunda parte consta en realizar una redacción o comentario vinícola, y se deber hacer en un estilo muy ágil, si se prescinde del verbo no ocurre nada, se aborda separadamente con palabras típicas de la jerga del vino las tres fases del análisis organoléptico, aromática u olfativa, visual y gustativa.

Regularmente no se escribe en la misma proporción los elementos, por ello la ficha contempla la personalización, se puede insistir en la calidez, acidez, tanicidad, entre otros puntos. Se debe construir un texto desarrollado gramaticalmente, con sintaxis y gramática.

Uno de las características que también se deben tomar en cuenta en esta ficha son las lías, una serie de residuos o de partículas en suspensión que quedan después de la fermentación del mosto, conceptualmente la fermentación consiste en convertir un sólido en líquido, una uva en un zumo de uva, en el caso de los tintos cuando se separan las pieles de la uva en el vino siguen quedando una serie de partículas estas se denominan lías.

Estas son algunas expresiones concretas que se utilizan para el análisis de un vino. Para referirse al color de un vino pueden usarse expresiones como: “Tiene un color picota madura, rojo cereza madura”, también puede emplearse en vez del verbo tener que es obvio, construir una oración como: “A la vista, ofrece un color” o “visualmente brinda un color amarillo verdoso”, ”brinda un color dorado intenso”, “viste un amarillo pajizo con ribete dorado”, “aroma rojo cereza muy vivo. Ribete púrpura.”, con esto se explican características de un vino muy joven.

Si el vino tiene espuma el vino se notifica, desde el punto de vista visual se habla de corona, que son los puntos de espuma, burbujas, que se van distribuyendo por la copa, lo van rodeando desde el centro hacia los extremos y esto genera una corona perceptible, a esta se aplican frases como “muy carbónico o poco carbónico”, si es un vino naranja, “ofrece un color llamativamente anaranjado”, son aquellos vinos blancos que fueron fermentados con la piel, se debe insistir en la parte visual para dar a entender al lector esto, como se abordó anteriormente no es necesario comenzar con estas expresiones porque no hay un esquema rígido pero quedan muy bien en la ficha de cata.

Entre las expresiones para expresar la tanicidad en un vin se encuentran: “Tiene taninos abundantes” o al contrario “sus taninos son más bien escasos”, o “taninos abundantes”. Se puede jugar con el sustantivo taninos o tanicidad, “taninos sedosos, “taninos rugosos”, “taninos nobles”, “taninos maderizados”, “taninos afrutados”, “taninos suaves”, “taninos carnosos”, estos son interesantes “taninos por madurar”, “taninos maduros”, “taninos por integrar”, estas expresiones aluden a un estado tánico concreto donde se nota la aspereza particular e incisiva del tanino, pero este mismo puede perder esa aspereza inicial en el tiempo y que llegue en un momento a ofrecer una mayor suavidad, madurez e integración en el conjunto del vino, la expresión da a entender que puede evolucionar o madurar en botella.

Lógicamente si hay un tanino excepcionalmente malo se escribe, “taninos secantes o “taninos astringentes”, mientras que menudo se describe cuando es rasposo  pero tiende a cierta suavidad o nobleza como “un tanino que nos está arañando el paladar”. Esta complejidad se puede expresar de una manera esquemática o hacer un esfuerzo sintáctico para comentar “en este momento sus taninos están duros, pero cabe esperar una buena evolución en ellos”, depende del catador la manera en cómo quiera escribirlo.

En el caso de la calidez, no es lo mismo plasmar en papel “en el vino se aprecia una calidad excesiva”, ya que decir que tiene una calidez excesiva nota una falta de equilibrio, es mejor comentar, “se aprecia una calidad notable que en conjunto no resulta molesta”, así se deja claro que el vino tiene un carácter cálido a juicio del catador.

Cuando se encuentra un vino con buen corpulencia o mucho cuerpo donde el alcohol tiene protagonismo, se puede usar la expresión “brillante relación cuerpo, alcohol, taninos”, es una expresión muy sensata, o “espléndida intensidad o espléndida potencia” frases que pueden ser aplicadas en la fase gustativa o aromática, el vino con esto da a entender que tiene buen alcohol.

En el tema de las relaciones se debe tomar en cuenta el equilibrio y se expresa así, “logrado equilibrio”, “el alcohol se entiende muy bien con la acidez”, “a pesar de que la calidez destaca sobre el conjunto, se aprecia un buen equilibrio gustativo o un logrado equilibrio gustativo”, conviene en la crítica de vinos que todo quede claro con algo de poesía.

En la fase retronasal cualquier adjetivo funciona, “excelente retronasal”, “pobre retronasal”, “larga retronasal, “matizada retronasal, “por vía retronasal brinda, ofrece o regala aromas de fruta blanca”, “en el retrogusto se aprecian nuevos matices aromáticos como el de café tostado”, con el adjetivo nuevo se tiende a explicar que este aroma no se encontraba en la fase olfativa.

En la fase aromática se pueden apreciar aromas muy leves, o de baja intensidad, pero por alguna razón en la fase retronasal tiene mayor desarrollo, puede ocurrir “la retronasal no está a la altura de las circunstancias”, una frase dura pero clara o “el vino lo tiene todo pero por la vía retronasal es muy pobre”, apuntar además que cuando se escribe se debe tener en consideración la utilización de los adjetivos y la intención ya que los vinos lo hacen personas.

Se escribe “retronasal interminable” cuando un vino se recuerda siempre o sus aromas perduran después de ser ingerido, “retronasal de medio recorrido”, o “retronasal de gran recorrido”, si es posible se debe describir los matices aromáticos concretos, “gran retronasal aunque con pocos matices” cuando no se consigue definir el aroma.

Los géneros literarios en la crítica de vinos están ligados con las guías vinícolas, cuando se escribe una crítica se desglosa en varias parte, primero la critica de vino concreto,  la descripción organoléptica y se finaliza acompañada con una puntuación, en base a 100 puntos como garantía de venta, como la puntuación del crítico como Robert Parker de importante consideración en ciudades como Nueva York.

Cuando se habla de la crónica vinícola o vitivinícola no está lejos de la crítica, mientras un reportaje de vino tiene la misma base de cualquier reportaje solo cambia el tema, lo fundamental en el caso del mundo vino es manejar cierta jerga lingüística, y dependiendo del dominio de esta será de mayor brillantez el escrito.

El catador además debe probar vinos, visitar viñedos, y conocer los aspectos de cada cepa o climatología en este tema para poder obtener un mayor conocimiento y poder plasmarlo mejor en un blog o en un espacio en un medio de comunicación.

Con la ficha se puede profundizar un poco más y generar una columna de opinión que contempla la descripción organoléptica, parte por la historia de la bodega, donde está ubicada, las uvas que utilizan, y termina con la descripción organoléptica con frases como “entre los vinos que elaboran… cabe destacar este blanco que nos ofrece un color…. Y terminar con la descripción”, esto puede hacer que cinco líneas sean 15 líneas ricas y concretas para un amante al vino.

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