Los haikus son una delicada forma poética compuesta de tres versos breves no rimados. Tradicionalmente se componían con una métrica de 5, 7 y 5 sílabas respectivamente. Aunque no siempre necesariamente tiene que seguir estas reglas. En las traducciones que se hacen, el haiku está libre de métricas. Es un dibujo silogístico en tres tiempos: subida, suspensión y conclusión.
La cualidad del haiku es «cortar» (kiru) mediante la yuxtaposición de dos ideas o imágenes separadas por un kireji, que es el término «cortante» o separador, es decir, la pausa gramatical. Como dice el semiólogo y filósofo francés, Roland Barthes, en su libro de ensayo sobre el Japón, El Imperio de los signos:
«la brevedad del haiku no es formal; el haiku no es un pensamiento rico reducido a una forma breve, sino un acontecimiento breve que encuentra de golpe su forma justa».
Retratan el instante de una forma evocadora, y hacen alusión a una estación del año, kigo.
Pero con este tipo de poesía se puede hablar más allá del paso de las estaciones, como por ejemplo cuenta el autor dominicano, Luis Reynaldo Pérez :
«Para mí el haiku es un instrumento para transmitir mis emociones y me interesan dos cosas esenciales que este género me aporta: la posibilidad de reflejar un momento (como una fotografía) y lo sugerente que resulta el texto.»
La esencia del haiku es captar el instante presente sin florituras, mostrando la sencillez de la cotidianidad. Un claro ejemplo de ello es el libro Haikulinario de la autora catalana Marta López Cuartero editado por Ediciones Invisibles, en el que combina esta expresión literaria con la gastronomía, mostrando la belleza de algo tan aparentemente trivial como es la cocina. La autora cuenta en el prólogo del libro que lo que une a la cocina y el haiku es la naturaleza:
«¿Por qué no escuchar el rumor del Mediterráneo cuando nos llega el aroma del romero?»
Marta López Cuartero nos muestra el proceso de la elaboración en la cocina sugiriéndonos imágenes con cada verso. El libro nos hace viajar en el evolución de la elaboración, dándole a cada paso su importancia. Dándole valor al recorrido y no solo al resultado. Empezando por lo que te inspira, continuando con las técnicas, y terminando con las elaboraciones de los platos.
INSPIRACIÓN
Amargo
Se siente su
ráfaga de la luz blanca.
Almendro en flor.
TÉCNICAS DE COCINA
Rehogan
Bajo la lluvia
crepitan, bailan, brillan
las gotas de agua.
ELABORACIONES
Mar y montaña
Dueto en el plato
se arriman y son canto.
Acantilados.
La poesía y la gastronomía son dos platos de un mismo menú que en el Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico ofrecemos dentro de nuestra formación. Si te interesa escríbenos a info@thefoodiestudies.com
¡Feliz Día Mundial de la Poesía!