Cocinar con el producto cercano con la inspiración de una tradición culinaria propia, no es patriotismo sino sentido común. Hace unos años que varios chefs y diversos restaurantes de la República Dominicana, uno de los países que acoge a un gran número de visitantes internacionales de turismo de sol y playa, trabajan por revisar los platos más típicos de este país caribeño en el que se cría la yuca, el plátano, la yautía, los guineos, el cacao, el café y la caña de azúcar, además de naranjas agrias y multitud de otras frutas y verduras, así como especies ganaderas. Es tierra de verde frito, casabe, kippes, panqueques, chambres, guandules, sancocho, asopados, locrios, mofongo, arroz con habichuelas, concon, chenchen y multitud de dulces como el jalao. Platos que suman las influencias de los pueblos que habitaban aquellas tierras antes de la llegada de Colón, lo que trajeron los españoles (especialmente los canarios), árabes, africanos, chinos, cocolas, afroamericanos, estadounidenses, italianos y haitianos. Una cocina que suma y que se expresa con su propio lenguaje, un lenguaje con gran riqueza léxica que una entidad como Fundación Sabores Dominicanos quiere dar a conocer entre sus propios conciudadanos para que conozcan a fondo su despensa y recetario y además quieren mostrar al mundo para que sus visitantes se lleven en la memoria algo más que el buffet de su hotel.
Marca país
Antes de impartir clase ofrecí junto con el periodista especializado en turismo Luis José Chávez una conferencia sobre “La gastronomía y el periodismo como herramienta para hacer marca de país”.
El periodista dominicano puso de relieve la abundancia de platos y lo que nos cuentan y mostró su tristeza por la falta de implicación del mundo hotelero en mostrarlos. Ciertamente, en algunos hoteles apenas se ha colado el clásico desayuno dominicano llamado mangú (hecho con plátano verde), las batidas (batidos de sus exóticas frutas) y los fritos verdes o tostones como acompañamiento.
En mi caso expuse con la experiencia de España como país que atrae a visitantes por su gastronomía propia, los ingredientes que hacen que se cree una marca país con la gastronomía:
- Gastronomía propia: Tradicional y renovada.
- Platos y productos icono.
- Inversión
- Formación
- Liderazgo: experimentados y jóvenes chefs
- Acción: Actividades, Premios, Encuentros
- Unión: De todos los agentes (hostelería, chef, formadores, instituciones públicas y privadas, empresas, etc.)
- Generosidad: Cocina con nombre propio, sin secretos.
- Ilusión e implicación popular
- Proyección internacional
- Divulgación a través del periodismo.
Sin la prensa difícilmente el fenómeno creado a partir de Ferran Adrià en elBulli se hubiera conocido. elBulli contaba con tres estrellas Michelin desde 1997 y había creado su primer plato de vanguardia en 1994, pero solo cuando en 2003 The New York Times publicó un artículo certero titulado: «The Nueva Nouvelle Cuisine» con la foto del chef catalán, España se despertó a esta nueva realidad. En ese momento se consolidó una nueva generación de periodistas gastronómicos a la que pertenezco y que ofrecimos más que críticas para hablar de lo que estaba ocurriendo en la cocina con noticias, reportajes, reseñas, entrevistas, análisis y columnas de opinión.
De esta nueva generación también ha nacido una nueva ola de profesionales dispuestos a compartir sus conocimientos a través de la formación, como es ejemplo The Foodie Studies. En esa charla en Santo Domingo tuve la inmensa suerte de contar con los tres alumnos que han pasado por esta plataforma: Nerise Suriel, Elaine Hernández y Kiko Casals.
Periodismo y crítica gastronómica
Una de las principales herramientas para contar lo que está ocurriendo en las cocinas de un país es sin duda la divulgación a través de periodistas, foodies, blogueros y escritores. Escribir de gastronomía de forma profesional tiene sus propias herramientas y The Foodie Studies fue la entidad encargada de enseñarlas durante unos talleres celebrados en Santo Domingo sobre Crítica gastronómica y Ficción inspirada en la gastronomía o Gastroficción.
El éxito de alumnos y la repercusión en los medios de comunicación de estos talleres demuestran la satisfacción de una necesidad en un país con ganas de transmitir el entusiasmo por su cocina tradicional y por la renovación y actualización de sus platos.
La renovación culinaria requiere de crítica gastronómica que oriente al comensal e incluso al propio chef o restaurante. Estos son algunos de los puntos en los que insistí durante mis clases en estos talleres celebrados en Santo Domingo el pasado junio:
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El crítico gastronómico es un guía profesional del gusto y de la alimentación con el criterio que le confiere su formación y ejercicio de la profesión.
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Las críticas gastronómicas son un género periodístico en el que se contextualiza, interpreta y valora lo que significa un plato, un producto, un restaurante, una tendencia alimentaria o el trabajo de un chef siempre desde la honestidad.
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El crítico gastronómico debe contar con la curiosidad e intuición del periodista y su habilidad de saber formular las preguntas adecuadas y obtener las respuestas más clarificadoras; la inquietud del buen foodie por moverse en todos los ámbitos (adinerados y modestos) de la cultura gastronómica; el paladar educado; y el conocimiento necesario para interpretar, contextualizar y valorar, así como unos principios éticos para ejercer la profesión.
Premios y Máster
Con el objetivo de impulsar la divulgación gastronómica la Fundación Sabores Dominicanos ha instaurado el Premio de Periodismo Gastronómico Simón Romero y el Premio de Literatura Gastronómica Julio Vega Batlle en las categorías de cuento, ensayo y novela.
Durante el taller dedicado a la Gastroficción tuve la oportunidad de conocer a escritoras como Daniela Cruz Gil autora de «Gastrocuento» y de compartir con otros escritores como Luis Reynaldo Pérez. El talento está puesto en la cocina, así que ahora me quedo con ganas de seguir leyendo a los autores dominicanos.
Estos premios y los talleres que impartí en la República Dominicana han sido idea original de una de nuestras alumnas del I Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico, Elaine Hernández (Bocatips), actual colaboradora de la Fundación Sabores Dominicanos.
Desde The Foodie Studies queremos dar las gracias a Fundación Sabores Dominicanos y felicitar la labor de Elaine Hernández por compartir desde la generosidad sus conocimientos con sus compañeros y por dar el impulso a la profesión del periodista y escritor gastronómico en República Dominicana.
Si quieres formar parte de la IV edición del Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies:
Críticas gastronómicas y reportajes de mi estancia en República Dominicana en mi blog personal Elchefhamuerto.