Acaban de aparecer dos nuevos proyectos de periodismo gastronómico: «A qué sabe el futuro» y «mmmagazine». Uno en México y otro en España. Los dos tienen en común un estilo propio de ejercer la profesión, compromiso con su época y las nuevas narrativas y, de alguna manera, hermandad, pues en los dos hay periodistas que forman parte de #thefoodiestudiesgeneration.

«A qué sabe el futuro» de @foodiemx

Tras FoodieMx (@foodiemx) se encuentra Daniel García Padilla. Era un chaval cuando en 2011 hizo el curso de Periodismo Gastronómico y Nutricional de la UCM que yo dirigía en aquel momento y del que salió más tarde nuestro actual Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico. Tras su experiencia en Madrid, creó esta cuenta.

Así lo cuenta Daniel:

Desde entonces he buscado diferentes formatos (festivales, experiencias, publicaciones, audiovisual) para hacer gastronomía partiendo de otros lugares y perspectivas en una ciudad sin mucho contexto culinario como lo era Querétaro. En el inter y desde hace unos 4 años he estado en contacto y conviviendo muy de cerca con distintas disciplinas del arte, con artistas, escritores y poetas y es precisamente en la poesía en donde encontré un lugar seguro y una infinidad de posibilidades.

En 2018 tomé un taller de fanzines y, muy inspirado en EnCrudo (el fanzine creado por Yanet Acosta y Jacobo Gavira), trabajé una edición de un zine gastronómico colaborativo que lleva por nombre «Menú de tantos tiempos». A mediados del año siguiente y después de observar con mucha emoción e interés un movimiento de cocineros independientes y creativos en Querétaro que no se había dado antes y que además iba muy enfocado a la comunidad, surgió la idea de crear esta especie de recopilación culinaria de la ciudad.

La idea inicial era hacer otro fanzine colaborativo y que éste sí tuviera una temporalidad y que fuera quizás bimestral. La diferencia sería que, en lugar de recurrir a escritores y artistas para generar el contenido, me acercaría con los mismos cocineros para además mostrar otra cara de su labor y de su trabajo como artistas. Así fue que los reuní, marqué una línea editorial, les conté y empezaron a enviarme material que se quedó en un cajón hasta finales del 2019 que tomé un taller de escritura creativa con Juan Carlos Franco, un escritor, dramaturgo y editor local que funge precisamente como editor de esta publicación. Platicando con él surgió la inquietud de hacerlo libro por lo que eso podría significar también como registro y producto tangible. De pronto nos atacó una pandemia y como otros tantos planes se quedó estancado hasta que salió la convocatoria de un apoyo económico por parte de Secretaría de Cultura a la que apliqué y afortunadamente gané. Gracias a esa convocatoria pude financiar la mitad del proyecto. Todo lo demás es independiente, autogestivo, punk y hermoso.

De momento se imprimieron 300 ejemplares en Querétaro. Una de las partes más lindas del proyecto es que es resultado de una comunidad creativa cada vez más grande y afianzada. Conozco a todas las personas involucradas en el proceso de hacer el objeto: el buen Jimbo en la serigrafía de la portada y Oswaldo que, junto con Roxy, se encargaron de imprimir en risografía, encuadernar y pegar a mano cada ejemplar de este primer tiraje. A lo que voy es que como todo buen platillo depende muchísimo de los ingredientes que lo componen; trabajar con amigos talentosos es de las satisfacciones más grandes detrás de este libro y este proceso artesanal desemboca en una venta personal del producto. El principal punto de venta soy yo y por ahora se encuentra también en un par de librerías independientes y en una cafetería de especialidad. Más adelante entrará en otra librería independiente y alguno de los restaurantes involucrados en el contenido. También se publicará online, pero más adelante.
 
¿El futuro? Esto es justo lo que estoy descifrando durante estas primeras semanas de lanzamiento. Tardé casi dos años en terminar este proyecto pero ahora ya sé cómo se hace un libro y creo que eso ya es ventaja. He pensado que tal vez podría replicar la fórmula en formatos más sencillos, hacerlo bimestral y al final del año antologar lo antologado. Pero aún no lo sé, también estoy a la expectativa de las puertas que esta experiencia pueda abrir.
 
Los participantes son en su mayoría cocineros pero también participa Imanol Martínez, un escritor y ensayista que escribe un texto desde su visión como comensal de 3 lugares del centro de la ciudad; Juan Carlos Franco es dramaturgo, editor y filósofo, él se encargó de la edición del libro; Mónica Garrido, que quizás sea la mejor fotógrafa de la ciudad, está detrás de los retratos y Renata Martínez, artista plástica, se aventó las ilustraciones. Encausar el trabajo de artistas hacia un fin gastronómico fue otra de las satisfacciones más bellas. Por otro lado, en la parte financiera, poco menos de la mitad fue un recurso del estado y el resto lo puse yo con algunos ahorros y el apoyo de mi familia, específicamente mi madre.
 
Existen miles de formas de hacer gastronomía y también una infinidad de maneras de comunicarla. Que la multidisciplina es una disciplina en sí misma. Que la colaboración es la columna vertebral de cualquier proyecto creativo. Que la comunidad es fundamental para poder pensar en una posible «escena», lo que sea que eso signifique. Que es importantísimo abordar la gastronomía desde todas las disciplinas del arte. Que el registro gastronómico de una ciudad es necesario. Que un recetario es un poemario y que la poesía va de la mano con el placer de comer y, por último, que los libros pueden no ser lineales sino experimentos divertidos y rebeldes.
Este es el otro proyecto #foodieSt que acaba de aparecer en formato revista digital en España con el nombre de mmmagazine. Su editora, la traductora y periodista gastronómica Iris C. Permuy. Todoterreno viajera con un tenedor siempre en la carretera. Aquí nos cuenta cómo surgió esta creación:

−Pero, ¿qué vamos a aportar nosotras, habiendo tantas chefs y periodistas gastronómicas de renombre escribiendo tan bien en redes?

−Nuestra voz.

Y así, sin mucho más artificio, el síndrome de la impostora que se había apoderado de mi afán de emprender proyectos nuevos fue silenciado y nació mmmagazine.

Con la humildad de quien no se sabe experto, pero la frescura y el arrojo que confiere la pasión, mmmagazine nace como una nueva revista gastronómica cuyo primer número vio la luz el pasado 15 de mayo, gracias al esfuerzo conjunto de diez enamorados de las letras y amantes del buen comer: Iris C. Permuy (exalumna del Máster de Periodismo Gastronómico de esta casa y autora de este texto), Lara Torregrosa, Marc Fajardo, María Escudero, Sheila Calbo, Begoña Carrasco, Idaira Navarro, Pilar Montenegro, Nati Sgibneva y Miguel Prieto.

Bajo la premisa de ser una publicación por aficionados a la cocina para aficionados a la cocina, se escuchan todas estas voces de distintos colores y tesituras, provenientes de varios rincones de España, con perspectivas sobre la cocina y la escritura tan dispares como complementarias. Así, se ha conseguido un mosaico de recetas más simples y más complejas; trucos para facilitar nuestro día a día en la cocina; entrevistas a profesionales del amplio sector de la gastronomía; recomendaciones de restaurantes de todo el país; reseñas de libros y programas sobre cocina; novedades en cuanto a ingredientes, procesos o iniciativas gastronómicas; rutas turísticas para comérselas; ideas para aprovechar productos de temporada y kilómetro cero; fotografías para hacernos la boca agua… Incluso, gracias a la reciente incorporación de Malena Callejo, la revista contará de ahora en adelante con una sección dedicada a la riqueza culinaria de Argentina y otros lugares de Latinoamérica.

Y es que mmmagazine viene con la promesa de quedarse, como mínimo, hasta finales de año, que es hasta donde llega su colección de ideas actual (coctelería, panadería, platos regionales únicos, crónicas de eventos gastro…), pero también con la esperanza de hacerse un hueco en las estanterías virtuales de todos los foodies para siempre, el día 15 de cada mes.

Podéis mostrar vuestro apoyo a este proyecto a través de sus redes sociales (Instagram y Twitter). Buen provecho.