Aportación Sección Off. Divulgación. I Congreso de Comunicación y Periodismo Gastronómico. Gastronomía de la Escasez.

Yanet Acosta

Panza de burro es la novela que ha hecho furor este verano de 2020. Su autora, la canaria Andrea Abreu. Muchas son las referencias que se hacen al uso de la oralidad canaria en su narrativa, sin embargo, la historia trasciende el mero hecho estilístico para adentrase de una manera transversal en el relato de la zona de medianías en Tenerife, esa franja que se sitúa entre los 600 y los 1.500 metros de altitud y que por la orografía de la isla siempre está bajo esas nubes que se denominan «panza de burro».

La novela hace referencia a 2005, sin embargo, es un relato que puede encajar en cualquier momento de la infancia y juventud de los niños y niñas de esta zona del norte de la isla —otrora dedicada a la agricultura y tras el boom turístico a servir como proveedora de mano de obra para la construcción y la limpieza de hoteles en el sur de Tenerife— desde los años 80 del pasado siglo XX.

Esta novela, rítmica, poética y trágica, encierra en gran medida el secreto legado de la escasez en Canarias, y especialmente en esta zona de medianías que continúa siendo marginal, independientemente de la evolución general de la economía de la isla y del boom o crisis del turismo.

Este legado se traduce en costumbres heredadas de la posguerra como la alimentación centrada en un ingrediente, en este caso, la papa, la adición de agua al mojo en lugar de aceite y la repetición del menú.

En definitiva, el legado de la escasez, muchas veces elogiado por ser inspirador de muchas recetas tradicionales, puede ser también la malnutrición.