Hace tan solo una semana y ya hay ganas de repetir. Así son los encuentros anuales de #TheFoodieStudiesGeneration, donde antiguos alumnos, profesores y estudiantes de nuestro Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico, así como simpatizantes con nuestras acciones de divulgación gastronómica nos reunimos para intercambiar pensamientos, contarnos cómo nos va y estar atentos a lo que vemos venir.

Este año nos hemos reunido en Madrid. La excusa perfecta fue el paso por la ciudad de Ximena Jurado, una de las alumnas de la primera edición del Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico que ya va por la novena.

Xime es cocinera y periodista y apuesta por una mirada circular del restaurante, cuya cocina comienza en su propio huerto o en el de los y las agricultoras con las que trabaja. A eso hay que añadir técnica, suerte y ganas de divulgar. Ella lidera en Quito un proyecto propio en forma de pop up inspirado en esta filosofía, El Jardín de las Gardenias.

En el centro de Madrid actualmente no hay ningún proyecto igual. No hay restaurantes con huerto ni abunda la filosofía de estrecha vinculación con productores que sabemos es el presente y el futuro de la gastronomía. De hecho, las escuelas de hostelería más audaces están ya trabajando en sus huertos. Sin ellos no habrá cocina.

En esta ocasión apostamos por explorar de forma colectiva la evolución gastronómica del barrio con mayor diversidad del centro de Madrid, Lavapiés. Primero fueron algunos bares de tapas, después los café de especialidad y por último han ido llegando los restaurantes atractivos y las coctelerías seductoras.

Comenzamos con el castizo aperitivo de vermú o caña en La Mancha en Madrid, un bar de toda la vida, donde antes de la pandemia nos apiñábamos de pie con el vaso en la mano cada domingo en el aperitivo. Ahora, mesas y espacio suficiente. Y, aún así, mantiene ese sabor castizo.

Continuamos con una nueva apuesta de dos cocineros que han pasado por Sacha y que han elegido uno de las más bellas palabras de la gastronomía para bautizar su restaurante: Tatema.

Tatemar es asar al fuego vivo. Y la verdura es su apuesta. Pero el producto y la técnica junto con el amor al fuego y al plato es un reto que no es nada fácil.

El peregrinaje nos llevó a uno de los lugares emblemáticos del barrio de Lavapiés para tomar unos quesos con cervezas y vinos: La Caníbal. Divertido, ruidoso, a veces caótico. Así es Madrid. Para pasar luego a un remanso de paz a pocos pasos de allí que es Savas Bar. Cóctel en mano dejamos escapar la tarde.

Para cerrar el día nos reunimos con Pedro Espina en su restaurante Soy. Ay, qué tempura.

Proyectos, ideas, ganas y mucha amistad es lo que une a la comunidad internacional de The Foodie Studies, que año a año crece a través de nuestro Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico y de nuestros Congresos y Acciones divulgativas gastronómicas.

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