Explicar una guerra a través de la gastronomía, no es un tema nuevo para The Foodie Studies, que desde 2020 reivindicamos hablar de la gastronomía no solo desde la abundancia sino también desde la escasez. El periodista Mikel Ayestarán, quien ayer recogió en Madrid el premio Ortega y Gasset, ha demostrado que el periodismo de guerra también se puede hacer a través de la gastronomía y, además, a través de una red social más relacionada con el hedonismo que con el activismo que ha mostrado con su foto diaria de lo que come una familia en Gaza con un texto corto en el que se expone la terrible realidad del hambre en la cotidianidad de esa guerra fratricida.

En la recogida del premio, retransmitida en streaming, Ayestarán denunció la utilización del hambre como herramienta de guerra y reivindicó las redes sociales también como herramienta para el periodismo de guerra, «lo que importa es el contenido». El periodista admitió que no se podía imaginar adónde iban a llegar los platos de Gaza cuando comenzó a publicar en febrero de 2024 un plato cada día, con la idea de que durara poco. 

«Estamos acostumbrados a ver los platos más espléndidos en las cafeterías más de moda, estamos cansados de decir a nuestros hijos que dejen las redes y de compartir fotos tan tontas, pero al final Instagram también sirve para hacer este tipo de cosas», explicó  Ayestarán que quiso dejar claro que el Menú de Gaza es un trabajo en equipo junto con la familia Hammad, una familia que resiste. Kayed, es el padre y quien busca comida, Amal es la madre y quien la cocina, el hijo busca la leña y la hija Dalia toma la foto y la envía cuando tiene Internet.

Este proyecto se explica en el número 10 de la revista 5W que fue presentada en Madrid el pasado mes de marzo, y que está dedicada a la comida. Ayestarán explica que su idea fue que «solo el plato hable de lo que come la gente en Gaza». El primer post se publica el 5 de febrero de 2024, cinco meses después de que Israel comenzara su venganza. Entre los primeros platos, mucho arroz, gracias a que el padre previsor compró 60 kilos cuando estalló la guerra. «Cuando alguien en la mesa se queja de la sobredosis de arroz, la respuesta es la misma: es más rico que el hambre», escribe Ayestarán que ayer quiso que se escuchara en la entrega del premio el mensaje de Kayed: «Quien no se muere por las bombas se muere de hambre y es mejor morir de una bomba porque es más rápido».

*La imagen de este post pertenece al feed de Instagram de Mikel Ayestaran

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