El lenguaje especializado puede parecer a muchos una barrera infranqueable para acercarse a un tema, por ejemplo, el mundo del vino. Sin embargo, toda disciplina cuenta con sus palabras específicas, ya sea el márketing o la jardinería, solo que se está más familiarizado con unas expresiones que con otras. El trabajo del periodista es conocer este lenguaje específico y divulgarlo.
Taninos, capa, ribete o menisco son términos del vino que el periodista vitivinícola debe conocer. Según el profesor del Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico, Juan Manuel Ruiz: «Sin el manejo de la jerga vinícola no hay periodista del vino».
En el lenguaje gastronómico también se requiere de precisión para expresar con exactitud lo que se quiere decir. Por ejemplo, es habitual escuchar que «la guía Michelin ha condecorado a un cocinero». Esta expresión encierra el desconocimiento del periodista sobre lo que habla, puesto que lo correcto es indicar que la guía Michelin ha otorgado una estrella al restaurante». Así lo considera la directora del Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico, Yanet Acosta.
Para Joseph Conrad, autor de numerosas novelas sobre el viaje por mar en las que se expresaba con el lenguaje especializado:
«Tomarse libertades con el lenguaje técnico es un crimen contra la claridad, la precisión y la belleza del habla perfeccionada».
Por ello, en el Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico, así como en el Curso de Crítica Gastronómica, se hace especial hincapié en el conocimiento y manejo de este lenguaje a través de la escritura semanal de posts, artículos, reportajes, crónicas y otros géneros periodísticos, que los profesores leen uno a uno para ofrecer a los alumnos sugerencias o propuestas alternativas de expresión.
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