Hace unos 20 años que el más conocidos de los críticos del vino, Robert Parker, puso de moda un tipo de vino en el que las notas a ciruela y a fruta madura destacaban por encima de otros rasgos. Estos vinos comenzaron a ponerse de moda entre los compradores de grandes mercados como Estados Unidos y Asia.
El poder del crítico estadounidense hizo que muchas bodegas, especialmente de Burdeos, comenzaran a elaborar vinos «a lo Parker», descuidando uno de los grandes activos de estos tradicionales vinos franceses, la acidez.
Recién estrenados, los vinos de Burdeos pueden resultar «muy duros» por su acidez, pues se hacen con la voluntad del envejecimiento en botella. De manera que si se prescinde de ella a la vuelta de los años, algunas bodegas que apostaron por reducirla se han dado cuenta de que el proceso de envejecimiento no es igual.
Este es un ejemplo de la gran responsabilidad que tiene un crítico del vino, según ha explicado el profesor de The Foodie Studies Juan Manuel Ruiz a los alumnos del Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico, que durante este mes han cursado el módulo Información y Crítica del Vino.
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