Aportación Sección Off. Divulgación. Recetas. I Congreso de Comunicación y Periodismo Gastronómico. Gastronomía de la Escasez.

Por Pía Molina

La pizza, tal y como se la conoce hoy en día, es un plato tradicional de Nápoles (Italia), que tiene su origen en el siglo XVII, puesto que el tomate se empezó a utilizar en Europa luego de la conquista de América. Hoy existen infinitas versiones y es muy popular en todo el mundo gracias a las migraciones italianas a lo largo de la historia; asimismo, se ha convertido en una de las opciones de comida rápida más difundidas, por su versatilidad, bajo costo y fácil preparación.

Por otro lado, el plátano verde, o plátano macho, quizás resulte menos popular en el mundo que su pariente, la famosísima banana, sin embargo, es muy consumido en varios países de Latinoamérica. Al contrario de la banana, es necesario cocerlo y no es tan fácil de pelar (con práctica se puede sacar la cáscara completa haciéndole cortes longitudinales). 

Este plátano es un ingrediente barato, no procesado y, entre otras cualidades, rico en potasio. Aunque es originario de Asia, se adaptó muy bien a los países de Latinoamérica cercanos a la línea ecuatorial. 

En esta época de pandemia, ha sido de los pocos productos de exportación que no se han visto tan afectados por la crisis y que, además, ha sido clave para alimentar a poblaciones de bajos recursos durante la cuarentena en Ecuador, donde la producción no se detuvo.

De hecho, en Ecuador –uno de los mayores productores mundiales de banano– este plátano se usa en sopas y platos que se comen a diario, de formas muy variadas: frito, hervido, al vapor, asado, etc. Además, es un alimento que no necesita refrigeración y se puede comer tanto verde como maduro (en este último caso adquiere un sabor dulzón). Su alto contenido de almidón permite que se forme una masa muy maleable, por eso, y para dejar de lado un rato al recontra conocido, sobreutilizado y adorado trigo, se propone aquí una versión de pizza hecha con la masa de este fantástico ingrediente. 

Uno de los secretos para lograr una masa bien ligada es majarlo muy bien, quedará con una consistencia muy parecida a la masa de la pizza de trigo. Además, es apta para celíacos porque no contiene gluten.

A simple vista, esta pizza parece la de siempre, pero al probarla el comensal se llevará una grata sorpresa.

Ingredientes para 4 personas 

(tiempo aproximado: 45 min a 1 hora)

Para la masa

  • 4 plátanos verdes (tipo barraganete)
  • ¼  taza de harina de quinua para la masa y para los moldes (opcional)
  • ½  taza de agua tibia (mejor si es el agua de cocción de los plátanos)
  • 500 gr. de queso mozzarella
  • Ingredientes al gusto (champiñones, aceitunas, cebolla, jamón, salame, anchoas, etc.)
  • Sal y orégano al gusto
  • Ají seco (opcional)

Para la salsa:

  • 1 diente de ajo
  • Media cebolla perla o paiteña picada
  • 3 tomates pelados y rallados
  • 2 cucharadas de aceite
  • Sal al gusto

Utensilios y artefactos:

  • Olla de presión
  • Sartén
  • Rallador
  • Cuchillo
  • Molde redondo de 30 cm de diámetro aprox.
  • Horno
  • Mazo
  • Mano de mortero grande
  • Cuenco grande

Preparación:

  1. Se pelan y cortan los plátanos en trozos medianos y se ponen a hervir colocando el agua hasta que los cubra por completo, preferiblemente en olla de presión, más o menos 20 minutos.
  1. Para la salsa: se pican el ajo y la cebolla y se sofríen en una sartén. Una vez listos, se agrega el tomate rallado y la sal. Se pueden agregar otros ingredientes al gusto. 
  1. Cuando los plátanos estén bien cocidos (se comprueba pinchándolos con un tenedor para verificar si ya están suaves), se dejan enfriar un poco (hasta que no nos quemen las manos) y se colocan en un bowl grande para aplastarlos ya sea con la mano, con un tenedor, o con una mano de mortero, cuidando que no queden grumos; esto es mejor hacerlo mientras aún están tibios para que la masa se ligue mejor. Se van agregando poco a poco el agua y la harina de quinua; esta última es opcional y no le cambia el sabor a la masa, lo que le da es consistencia, aunque no es necesario agregar otro tipo de harina, si no se tiene la de quinua. 

En caso de que la masa esté un poco dura y seca, se le agrega algo más de agua, vertiéndola poco a poco. Si se humedece de más, se le puede agregar harina de quinua hasta lograr la consistencia de la masa de pan, es decir, que no se quede pegada en las manos. Sino, también se la puede dejar secar un momento al aire libre.

  1. Se enharina y aceita el molde para extender la masa desde el centro, cuidando que quede pareja, con un grosor de 5mm aproximadamente.
  1. Se lleva la masa al horno precalentado a 45°C, para que se dore en la parte de arriba y de abajo, 5 minutos en cada lado. Se debe recordar que esta masa es precocida, por lo que basta con que apenas se tueste.
  1. Una vez lista, se esparce la salsa sobre la masa y luego se coloca el queso (puede ser en rodajas o rallado) y encima los ingredientes a elección como champiñones, aceitunas, cebollas, entre otros, cuidando que la cantidad sea la justa y rellenando los espacios vacíos. El plátano verde combina muy bien con pescados y mariscos, por lo que una opción deliciosa serían los productos del mar como camarones, calamar, salmón o pulpo. 
  1. Antes de servir, se lleva la pizza al horno por 5 minutos más (o hasta que se derrita el queso), y listo.
  1. Se sugiere cortarla en octavos como la pizza común. Normalmente, el resultado va a ser parecido al de la masa de harina de trigo, si se la tuesta bien no se parte.

Acompañantes y maridaje: 

Es mejor calentar la pizza unos 5 minutos antes de comer, una vez que todos los comensales estén listos. Esta pizza viene bien con una cerveza rubia, limonada o agua con gas. Una ensalada fresca de lechuga, tomate y aguacate, también constituyen buenos acompañantes.