Reseña para el III Congreso de Comunicación y Periodismo Gastronómico. Relectura gastronómica publicado en la revista de divulgación científica The Foodie Studies Magazine. (Versión en PDF).

Por: Cristina Silva

“¿Qué comemos?” es la pregunta que el comisario Jules Maigret solía lanzar a su mujer nada más entrar por la puerta de su piso en el 130 del Boulevard Richard-Lenoir de París cuando el olor de los platos que madame Maigret había preparado perfumaba toda la casa. Más allá del olfato policíaco del protagonista de las 78 novelas y 31 cuentos escritos por Georges Simenon. En los relatos de Maigret no solo se come y se bebe, sino que, además, es comiendo y bebiendo cuando se ordenan las ideas y se consigue dar con la solución de más de un caso.

Simenon convirtió a Maigret en un amante de la buena mesa. Adoraba el célebre restaurante Fouquet’s en París, que fascinó tanto a Georges Simenon durante toda su vida como los pequeños bistrots y brasseries parisinas. Sin embargo, aquella que verdaderamente fue su favorita, no podía ser otra que la de su propio hogar donde su mujer lo tenía completamente conquistado por el estómago.

Las recetas de estos platos fueron recopiladas por el famoso escritor gastronómico y fan de la novela negra Robert J. Courtine. Simenon y Courtine, que utilizó elpseudónimo de La Reynière (inspirado en el primer crítico literario Grimod de La Reynière) se conocieron durante la década de los cuarenta y defendieron siempre la sencillez en el comer frente a nuevas olas como la de la nouvelle cuisine.

Courtine trabajó para la sección gastronómica de Le Monde desde 1952 hasta el año 1993 y su estilo marcó a muchos de los críticos gastronómicos de todo el mundo, especialmente a los españoles como el conde de los Andes, conocido con el pseudónimo Savarin,que estrenó este género en el diario ABC.

Platos de casa

Sin embargo, Le cahier de recettes de madame Maigret es un recetario de cocina popular y sin pretensión escrito en francés y publicado en 1974 en Paris por Éditions Robert Laffont con el deseo de elogiar los platos de las amas de casa y madres de familia, del mismo modo que Simenon lo hacía con la esposa de su popular comisario, Louise Maigret, a quien describía como su verdadero amor.

En La patience de Maigret  y en L’ami d’enfance de Maigret aparece la tortilla a las finas hierbas «bien jugosa», el cassoulet que madame Maigret prepara al comisario para comer y que le recalienta para cenar en Maigret hésite o las crêpes Suzette servidas “encima de unos bonitos fogones de cobre” después de haber comido unas tripas al estilo de Caen en Mon ami Maigret.

Entre estas recetas tampoco falta la sopa de cebolla gratinada (el autor avisa que es indispensable usar un buen Gruyère suizo), la sopa de tomates (Courtine remarca la importancia de que únicamente se elabore con tomates de la huerta y no de invernadero o de importación), el paté de campaña, la quiche lorraine (en la que se recomienda añadir a la mezcla de la crema con los huevos un puñado de queso Comté rallado), los huevos al plato o los caracoles a la alsaciana (los que propone acompañar con un riesling). Las recetas, que carecen de ilustraciones o fotografías, se valen de un texto preciso, sello del estilo clásico de las crónicas gastronómicas de La Reynière.

Todas las recetas hacen referencia a platos que aparecen mencionados en los libros de Simenon: desde aquellos que le esperan al comisario Maigret en la cocina de su casa, hasta los que come en casa de amigos o en ciertos restaurantes y que después madame Maigret reproduce en su cocina.

Cada receta es acompañada por breves extractos de las novelas y propone un maridaje con vino o cerveza.

Cuando este recetario fue publicado en los años 70, su propósito era el de descubrir las recetas de la mujer del comisario Maigret a un público bastante conservador en la mesa que no solo fuera conocedor de las investigaciones del comisario, sino que además amara la comida de terruño. Con el paso de los años, este libro de recetas sencillas para enamorados de la comida casera francesa sigue siendo apreciado no solo por aquellos a los que les gusta leer sobre el comer y el beber, sino también por los que se dedican a coleccionar libros de gastronomía.

¿Un secreto? La primera edición de Le cahier de recettes de madame Maigret fue comprada a Alain Huchet, un librero gastronómico y bouquiniste parisino, cuya oferta de guías Michelín, menús antiguos y libros de cocina con historia se encuentra expuesta en las típicas cajas metálicas de color verde carruaje instaladas en las orillas del Sena llenas de tesoros para cualquier bibliófilo. Un coleccionista de libros de gastronomía que pone su colección a disposición de todos los apasionados por ella.

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Más información en el post sobre nuestro III Congreso de Comunicación y Periodismo Gastronómico. Relectura gastronómica de The Foodie Studies.

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