Cuando en España se anunció el confinamiento para intentar frenar la pandemia de la Covid-19, nadie quería creer los augurios lanzados por una publicación profesional sobre el probable cierre del 70% de los restaurantes y cafeterías en Estados Unidos. Ahora, solo los más optimistas cifran en un 40% el cierre de establecimientos hosteleros en Madrid.

Más allá de las nuevas normas para evitar contagios y las dificultades económicas, así como la ausencia de turistas e incluso de trabajadores ahora inmersos en el teletrabajo, se encuentra la desgana, la apatía, la pereza o el miedo de la clientela. En su texto del pasado domingo en El País Semanal, la escritora española Almudena Grandes reconocía que no salía a cenar —»ahora que nadie nos lo impone, nos quedamos en casa, hoy en la tuya, mañana en la mía..»—. Es solo un ejemplo, pero está claro que no el único. En España, además, la prohibición de fumar en espacios públicos también ha supuesto que ese colectivo prefiera quedarse en casa.

En mi propio caso, como periodista gastronómica, mis comidas y cenas fuera de casa se han reducido bastante y, como bien anticipaba el cocinero gallego Pepe Solla en uno de nuestros encuentros, elijo con mucha delicadeza a qué espacio ir. Preferiblemente a una terraza, con vistas agradables, donde se respeten las distancias y los protocolos sanitarios y donde merezca de verdad la pena la materia prima o el estilo de cocina. Y, además, que mi bolsillo se lo pueda permitir. La verdad, no es fácil.

Ante este escenario, pareciera que el oficio del periodista gastronómico está de capa caída. Sin embargo, en momentos como el actual el buen trabajo periodístico es más necesario que nunca. Algunos profesionales parecen no haberse dado cuenta de que la realidad ha cambiado. Ya no vale hablar de la vida y milagro de un agua de lujo obtenida de un iceberg —que por otro lado parece según fuentes ecologistas que añade más contaminación a este vulnerable espacio del planeta— ni de otras frivolidades que fueron habituales en el contexto de aquellos primeros años del siglo XXI en el que elegimos ejercer el periodismo supuestamente «objetivo», pero sin conciencia.

Es momento de un nuevo enfoque en el que el periodismo sea lo más importante y las preguntas y las reflexiones sean más relevantes que los elogios. Eso no significa que nos olvidemos de los restaurantes ni de su situación, seguimos necesitando  brújula y guía para llegar a los mejores, para seguir la pista de los que aún trabajan realmente en la creatividad y en los que ofrecen cocina honesta con buen producto a precio asequible cumpliendo normativas, de sus esfuerzos y necesidades para superar esta situación financiera.

Pero el público se está quedando en casa y necesita herramientas, más allá de las críticas a los platos de delivery. Descubrir buenos productos en el súper, entender por qué no hay un producto u otro en los lineales, conseguir de verdad y de manera sencilla llegar a lo más cercano (sin tener que hacer 10 compras diferentes en Internet con sus correspondientes costes de envío), recordar los alimentos y sus temporadas, descubrir a quienes producen y cómo lo hacen, no solo los selectos y escasos productores, sino también a los industriales de donde procede gran parte de la cesta de la compra. Dar nombres de quiénes lo hacen mal, de sus marcas y sus productos. La crítica, no solo se ciñe a la comida en un restaurante. Hoy más que nunca, lo trasciende para permitir ver la justicia o injusticias que hay tras un plato de comida.

Pero, además, desde The Foodie Studies queremos impulsar que las agendas de los periodistas gastronómicos incluyan la escasez. La gastronomía no es solo abundancia y en estos momentos es más visible que nunca en cualquier pueblo o ciudad de cualquier parte del mundo.

El periodismo con conciencia es un reto que trabajaremos en nuestro próximo Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico, así como en nuestro Curso de Crítica Gastronómica, porque aún hay mucho por hacer en esta profesión.

Si quieres saber más sobre nuestro Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico o sobre nuestro Congreso de la Gastronomía de la Escasez escríbenos a info@thefoodiestudies.com

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