La editorial Debate acaba de reeditar El arte de comer de M.F.K. Fisher (1908 – 1992), un tomo que publicó en España hace ocho años y que estaba agotado, pese a ser uno de los referentes del periodismo gastronómico actual. En esta ocasión la editorial lo ha lanzado en tapa blanda y manteniendo la misma versión que la anterior —incluido el insulso prólogo del cocinero David de Jorge—.

El arte de comer incluye cinco libros de Fisher  —Sírvase de inmediato (1937), Ostras (1941), Cómo cocinar un lobo (1942), Mi yo gastronómico (1943) y Un alfabeto para gourmets (1949)— que han influido en el trabajo de periodistas como Nora Ephron o David Foster Wallace.

En el Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies, es habitual la lectura de alguno de los libros de Fisher y, de hecho, el título de uno de ellos —Mi yo gastronómico— da nombre a una de las asignaturas de narrativa impartida por la periodista y editora Lakshmi Aguirre. En el I Congreso de Comunicación y Periodismo Gastronómico dedicado a la Gastronomía de la escasez nos inspiramos en Cómo cocinar un lobo y M.F.K. Fisher fue la autora elegida para inaugurar nuestro Club de lectura, en el que pusimos en común algunas de las aportaciones de esta autora estadounidense en la narrativa gastronómica en español actualmente.

Fisher, que fue traductora de Savarin y que además de libros de inspiración gastronómica escribió cuentos, novelas y guiones cinematográficos, lleva la gastronomía más allá de la mesa de un restaurante y toma la comida como herramienta para narrarse a sí misma y a su tiempo marcado por la II Guerra mundial.

Según la profesora del Master de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies, Lakshmi Aguirre, esta escritora tiene una forma de contar la gastronomía que «emociona y acuna», pero sin sentimentalismo, gracias a su utilización del lenguaje. Para Aguirre, «leer a Fisher es quitar capas a un hojaldre, vas quitando y aún está calentito». Aguirre acuñó durante nuestro primer club de lectura dedicado a Fisher el término #fisheristas para quienes escribimos desde ese «yo gastronómico» que observa y disecciona para contextualizar e interpretar lo que sucede y lo que puede venir.

Lo mejor: Su lenguaje gastronómico.

 

Lo peor: El resto de sus obras traducidas al español están descatalogadas o sin traducción.

 

Lo que aprendimos: La comida es una herramienta literaria para abordar cualquier ámbito.

 

Lo que nos deja: La inspiración narrativa.

La sesión del club de lectura dedicada a la autora M.F.K. Fisher puedes verla íntegra en el siguiente vídeo:

 

*Fotografías de Ariadna Acosta