¡Hola! Una semana más os hablo sobre mi experiencia en el Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico The Foodie Studies. La pasada semana tuvimos clase doble, ya que además de la de Curro, de la que ya os hablé, también comenzó el módulo Crítica Gastronómica, impartido por Yanet Acosta. Una aproximación al mundo del Periodismo Gastronómico y enfocado a conseguir escribir críticas culinarias con rigor.
La profesora y crítica gastronómica Yanet Acosta nos dio unas pautas sobre en qué consiste una crítica gastronómica y una de las primeras enseñanzas fue precisamente esta, que se trata de un género periodístico opinativo y que su escritura se puede aprender de la misma manera que la de otros géneros.
En la crítica gastronómica se incluye información, análisis, valoración, interpretación y contextualización.
En esta primera clase nos centramos en la importancia de la contextualización y para ello hicimos un repaso por la historia de la gastronomía. Para apreciar un plato y sus ingredientes hay que conocer su historia, de dónde viene, cuál ha sido su evolución hasta llegar a nuestra mesa. Estos datos hasta ahora a mí me parecían irrelevantes, pero resultan fundamentales para hablar con propiedad.
Como ya comenté en otros post, en nuestra clase hay alumnos de distintas nacionalidades. Esto resulta enriquecedor, ya que gracias a nuestra interactuación hemos podido compartir en la clase experiencias y aportar nuestro conocimiento sobre diferentes platos e ingredientes. Y siempre te llevas sorpresas, como que el cilantro no viene de América, sino que fueron los españoles quienes lo llevaron hasta allí.
La próxima semana continuamos con las clases de crítica gastronómica y os seguiré contando.
¡Hasta pronto!
Si queréis más información sobre el Máster de Comunicación y Periodismo Gastronómico de The Foodie Studies dad al clic:
Y mis otros post como alumna infiltrada:
«Con mucho gusto«, «Una mirada infiltrada«, «Un mundo por descubrir» y «Gastronomía con los cinco sentidos«.