«Ajos», fotografía de Jorge Gutiérrez Narro

Texto de Fabiola Gálvez, #MásterGastro y autora de Suspiro de Limeña

Foto de Jorge Gutiérrez, profesor #MásterGastro del Curso de Fotografía Gastronómica y Food Styling

La gastronomía está de moda y con ello nuestro instinto foodie aflora. Todos queremos sorprender en la cocina aunque sea solo para publicar la foto en Instagram y todos queremos visitar ciertos restaurantes para poder anunciarlo en Internet. Sin embargo, esta moda va más allá y es que no solo queremos cocinar y comer como los chefs más estrellados, sino que además queremos vivir como ellos, por lo menos, así lo piensa el márketing y la publicidad.

Para comer alta cocina por un par de euros solo hay que ir a McDonalds. Esta idea ha sido reforzada por Dani García, uno de los mejores chefs que tiene España, quien ideó la Grand McExtrem BiBo para McDonalds, una hamburguesa que según los críticos está ligeramente por encima de cualquier otro de los productos de la compañía, gracias a la salsa y al pan que realzan el sabor. ¿Una alta cocina de dudosa procedencia? La cocina de McDonalds no es precisamente la de un restaurante de nivel, sin embargo, la publicidad y el márketing nos lo ha hecho creer para eliminar la idea de comida basura asociada a su marca y empezar a considerarla  “restaurante”.

Otras marcas han jugado su baza de otra manera. Así, Mercedez Benz, una marca de coches de gama alta que siempre ha estado asociado a un público de alto status, ejecutivo de negocios, de chaqueta y corbata y de edad madura, ha apostado por buscar un nuevo perfil fichando a David Muñoz. Es el cocinero urbanita y joven, viste jeans y zapatillas, luce un aire muy punk, que alaba la libertad y la provocación. Al parecer, la marca ha querido arrancar este concepto de raíz y darnos a entender que no son tan aburridos como parecen, sino que tienen ganas de vendernos un nuevo mercedes, renovado y más actual, para cualquier persona de la calle y ha utilizado la imagen de David Muñoz, para sacarnos esa idea anticuada de la marca.

Estos casos no son los únicos que hay en la actualidad, de grandes y reconocidos chefs que prestan su imagen a marcas o productos, y quizá es algo que siempre ha estado ahí (Arguiñano siempre ha sido un buen reclamo), pero ahora dan un paso más allá no solo para anunciar los productos y marcas relacionados con la gastronomía, sino en un espectro más amplio como famosos e influyentes personajes públicos a los que el común de los mortales queremos imitar, no solo en la cocina, sino en la vida, como ejemplo publicitario a seguir para el provecho de las marcas.

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